lunes, 9 de enero de 2012

EL BESO


Hola, quiero enseñaros una de mis grandes pasiones “la pintura”, siempre que puedo me escapo a mi taller y me rodeo de esos utensilios que tanto me gustan, pinceles, pinturas, etc..

Voy a mostraros una versión que he realizado de El Beso de Gustav Klimt.

Aquí lo tenéis en pleno proceso.

    

 
Este fué el resultado final ya colgado en la pared.


Os muestro un detalle de la parte central.



Siempre me había gustado este cuadro desde que lo estudié en mi clase de historia del arte, sus colores, sus personajes mitológicos, su historia, su autor Gustav Klimt, en fin todo.


Esta obra interpreta la historia simbólica del momento en que Apolo (para los griegos dios del sol), da un último beso de amor a una ninfa llamada Dafne de la que está enamorado. Esta sufre una metamorfosis y se está convirtiendo en laurel. Está apunto de caer por el precipicio de la oscuridad y perder así su forma humana. Él se aferra a ella intentando con todas sus fuerzas que no desaparezca.

Una historia triste pero muy bella.

Esta es la obra original, como podéis apreciar cambian bastantes factores, empezando por el formato, pasando por el fondo, etc..



Aquí tenéis una biografía muy resumida de su autor, pero antes una frase suya para que os hagáis una idea de la clase de persona que era.

“…estoy convencido de que no soy una persona especialmente interesante. No hay nada especial en mí. Soy pintor, alguien que pinta todos los días de la mañana a la noche. Figuras, paisajes; de vez en cuando, retratos. Las palabras, habladas o escritas, no me salen con facilidad, especialmente cuando tengo que decir algo sobre mí mismo o sobre mi trabajo. (…) Si alguien quiere descubrir algo en mí (…) puede contemplar atentamente mis pinturas y tratar de descubrir a través de ellas lo que soy y lo que quiero”.
                                                                                      Gustav Klimt

Gustav Klimt (14 de julio de 1862 – 6 de febrero de 1918) fue un pintor simbolista austriaco, y uno de los mayores representantes del movimiento modernista de la secesión vienesa. Klimt pintó lienzos y murales con un estilo personal muy ornamentado, utilizando mucho los dorados tanto en óleo como en pan de oro. Intelectualmente afín a cierto ideario romántico, Klimt encontró en el desnudo femenino una de sus más recurrentes fuentes de inspiración. Sus obras están dotadas de una intensa energía sensual. Klimt se convirtió en un personaje muy notable en la alta sociedad vienesa, y estuvo relacionado de un modo u otro con los más notables círculos intelectuales del momento, en una época en la que Viena estaba dejando de ser la capital mundial del arte.

Algunas de sus obras más relevantes:

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Avenida en Schloss Kammer Park


Danae



El árbol de la vida

Judith con cabeza de Holofernes










Las tres edades

Retrato de Adele Bloch-Bauer I

Fuente: Enciclopedia Planeta Historia Universal del Arte